Sena de Luna (Leon) Santiago Bayon Vera |
1. Ganadería
diversificada
Los ambientes tan cambiantes de la
montaña, afectados por fuertes
variaciones en altitud, pendiente, orientación, clima, tipo de suelo, etc.,
exigen para su utilización correcta una ganadería muy diversificada en cuanto a
especies, rusticidad y edad, teniendo cada una su lugar adecuado. Así, los
“puertos” o zonas altas eran utilizados por las ovejas merinas trashumantes.
Por su parte, las ovejas concejiles aprovechaban los pastos de ladera de mayor
pendiente y más alejados del pueblo, pero separadas de las merinas. Las cabras
las zonas de matorral más denso y los montes aclarados. Las yeguas, los pastos
más bastos y duros. Las vacas, las zonas mas llanas y de menor pendiente de los
puertos y los prados próximos a los pueblos.
La oveja es el
animal que mejor crea y mantiene el pasto por su manera de pastar (diente),
pezuñas y abono. Sin embargo, para una utilización correcta del mismo hay que
emplear no solo las ovejas, sino también yeguas, vacas y cabras, ya que cada
especie tiene su lugar apropiado. Las primeras en utilizar los pastos son las
yeguas que siguen la línea de deshielo de la nieve y, además, con su potente
dentadura ingieren las hierbas más bastas y de sitios húmedos que dejan el
resto de las especies. Después, el vacuno, que aprovecha las hierbas altas y
bastas de las zonas bajas y llanas o con poca pendiente. Finalmente, entrarían
en juego las ovejas, que aprovechan los pastos finos y cortos - por debajo de
los 2 cm.- de zonas altas y con mucha pendiente, que las vacas son incapaces de
utilizar; por eso se dice que "por debajo de la vaca, pasa la oveja".
Sólo las ovejas son capaces de consumir pastos tan pequeños y de forma tan
selectiva.