sábado, 11 de enero de 2020

El discurrir y el discurso de las vías pecuarias - 8



DESCRIPCIÓN DE LAS VÍAS PECUARIAS.
Foto: Cañada Real de la Plata. Fuenterroble de Salvatierra (Salamanca) (Santiago Bayon Vera)



CARACTERES GENERALES

Como hemos visto, la marcada estacionalidad climática y el carácter complementario que tienen los ciclos anuales de las montañas y de las llanuras han condicionado al desarrollo de unos sistemas ganaderos que se basan en el movimiento periódico de los animales, conocido como trashumancia, que permite una explotación óptima de los recursos existentes al distribuir alternativamente el pastoreo entre zonas de invernada y zonas de agostada.
Un sistema de estas características implica la existencia de un entramado de caminos de diferentes anchuras que recorre la Península Ibérica en dirección Norte - Sur, interconectados con otros de trazado Este - Oeste hasta formar una densa malla. En las épocas de mayor desarrollo de la ganadería, las vías pecuarias llega- ron a representar el 1% de la superficie del Estado y su longitud total alcanzaba los 125.000 kilómetros.
“Las Vías pecuarias son los bienes de dominio público des- tinados principalmente al tránsito de ganados: no son susceptibles de prescripción ni de enajenación, ni podrá alegarse para su apropiación el tiempo que hayan sido ocupados, ni legitimarse las usurpaciones de que hayan sido objeto” (artículo primero de la Ley de Vías Pecuarias).
Las vías pecuarias se denominarán, con carácter general, como sigue: Cañadas, que no podrán exceder de setenta y cinco metros de anchura; Cordeles, cuya anchura no será superior a treinta y siete coma cincuenta metros, y Veredas, que no superarán los veinte metros.
Los Abrevaderos, Descansaderos y Majadas tendrán la superficie, y las Coladas la anchura, que se determine en su clasificación, resultante de los antecedentes que existan en cada caso.
Todo ello, sin perjuicio de las denominaciones consuetudinarias” (artículo segundo del Reglamento de Vías Pecuarias).

miércoles, 8 de enero de 2020

El discurrir y el discurso de las vías pecuarias - 7

Institicionalización  de las vías pecuaria y 3 


Foto: Privilegio de Juan II  (Santiago Bayón Vera)

En 1836, año de la abolición definitiva de la Mesta, ésta es sustituida por la Asociación General de Ganaderos, que mantiene su actividad en nuestros días. Los intereses de los ganaderos trashumantes quedan unidos a los del resto de los ganaderos.
Poco a poco, con la decadencia de la ganadería, las cañadas perdieron relevancia. El Honrado Concejo de la Mesta, como hemos señalado, fue disuelto en 1836. Por otra parte, la aparición del ferrocarril a finales del siglo XIX como medio alternativo de transporte y la profunda modificación de los usos tradicionales, debido a los modelos de desarrollo potenciados en nuestro país a partir de los años 60, fueron factores determinantes del progresivo abandono y usurpación de estas vías, que la ley define como de “dominio público, imprescriptible e inalienable”.
Este modelo de desarrollo trajo consigo un incremento de las diferencias regionales y, también, entre el medio rural y el medio urbano. Unas prácticas agrarias se intensificaron, mientras que otras eran abandonadas. La mano de obra se redujo y, al mismo tiempo, la población rural envejeció.
Por otra parte, aumentó de crianza de variedades ganaderas industriales, con una base alimentaria de importación, a expensas de las razas autóctonas españolas. También aumentó la estabulación del ganado gracias a la nueva rentabilidad que ofrecían los forrajes y piensos importados. Al mismo tiempo, la presión de las repoblaciones forestales provocó una disminución de los pastos disponibles y, con idéntico efecto, se incrementaron los cultivos intensivos y los regadíos en las zonas donde tradicionalmente invernaba el ganado, con el consiguiente incremento del precio de los arrendamientos y la dificultad que entrañaba asegurarse los pastos.
Todos estos factores, junto con la expansión urbana, las privatizaciones ilegales (dentro de una legislación muy permisiva en este sentido), la construcción de embalses y el gran desarrollo del transporte terrestre, socavaron la base de la trashumancia.
Desde 1931 es el Ministerio de Agricultura quien asume las competencias anteriormente delegadas en la Asociación General de Ganaderos del Reino, y durante más de medio siglo, la Dirección General de Ganadería, primero, y el Instituto para la Conservación de la Naturaleza (I.C.O.N.A.) después, han sido las entidades responsables de esta singular red de itinerarios ganaderos, cuya gestión ordinaria se halla actualmente transferida a las Comunidades Autónomas.
La historia de estos itinerarios es, por tanto, una parte funda- mental de la de nuestro país y la conservación de este patrimonio vial trasciende el mero hecho económico de su utilidad para convertirse en la protección y rescate de uno de los más significativo monumentos de nuestro acervo cultural