lunes, 22 de agosto de 2022

 

Sena de Luna (Leon) Santiago Bayon Vera 


1. Ganadería diversificada

 Los ambientes tan cambiantes de la montaña,  afectados por fuertes variaciones en altitud, pendiente, orientación, clima, tipo de suelo, etc., exigen para su utilización correcta una ganadería muy diversificada en cuanto a especies, rusticidad y edad, teniendo cada una su lugar adecuado. Así, los “puertos” o zonas altas eran utilizados por las ovejas merinas trashumantes. Por su parte, las ovejas concejiles aprovechaban los pastos de ladera de mayor pendiente y más alejados del pueblo, pero separadas de las merinas. Las cabras las zonas de matorral más denso y los montes aclarados. Las yeguas, los pastos más bastos y duros. Las vacas, las zonas mas llanas y de menor pendiente de los puertos y los prados próximos a los pueblos.

La oveja es el animal que mejor crea y mantiene el pasto por su manera de pastar (diente), pezuñas y abono. Sin embargo, para una utilización correcta del mismo hay que emplear no solo las ovejas, sino también yeguas, vacas y cabras, ya que cada especie tiene su lugar apropiado. Las primeras en utilizar los pastos son las yeguas que siguen la línea de deshielo de la nieve y, además, con su potente dentadura ingieren las hierbas más bastas y de sitios húmedos que dejan el resto de las especies. Después, el vacuno, que aprovecha las hierbas altas y bastas de las zonas bajas y llanas o con poca pendiente. Finalmente, entrarían en juego las ovejas, que aprovechan los pastos finos y cortos - por debajo de los 2 cm.- de zonas altas y con mucha pendiente, que las vacas son incapaces de utilizar; por eso se dice que "por debajo de la vaca, pasa la oveja". Sólo las ovejas son capaces de consumir pastos tan pequeños y de forma tan selectiva.


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