domingo, 12 de agosto de 2012


LA TRASHUMANCIA COMO ATRACTIVO TURÍSTICO


La evolución de la actividad trashumante en la Península Ibérica ha ido transformándose a lo largo del tiempo en función de distintas coyunturas económicas, políticas y territoriales. En la actualidad la trashumancia adquiere valores periclitantes en muchas áreas del país es las que su peso económico tuvo carta de naturaleza hasta hace muy pocos decenios, dándose un fenómeno de involución en su importancia por causa del precio de los pastos, la competencia de las fibras artificiales o la competencia de otros países hiperespecializados en la producción ganadera. Además, incide negativamente la falta de regeneración generacional en el sector, la escasa atención de las administraciones sectoriales, el precio del transporte de las cabañas ganaderas, el deficiente estado de la red de vías pecuarias, y por qué no decirlo también, la dureza de una actividad laboral que hoy atrae sólo a personas vinculadas parentalmente o que desarrollan una gran vocación por dicha actividad pecuaria, que obliga —entre otras cosas— a permanecer fuera del domicilio habitual largas temporadas a lo largo del año.
Sin embargo, la trashumancia sigue viva en diferentes regiones de España con distintos formatos: trashumancia de largo radio de acción, trashumancia vertical en los períodos estivales, trasterminancia o movimientos locales de ganado, tanto con ganado ovino y vacuno, como con ganado caprino en menor proporción. El ovino para canal de carne y el vacuno de ciertas razas autóctonas más resistentes como la avileña negra, conforman una parte sustancial de las cabañas ganaderas que practican todavía la trashumancia, en tanto que en ámbitos como el balear o el canario es posible encontrar aún distintos movimientos estacionales con rebaños caprinos de dimensión limitada.
Teniendo como referencia estudios recientes al respecto, la actividad trashumante sigue practicándose con mayor o menor intensidad y con diferentes tipos de formato en sierras del macizo galáico-portugués, Sanabria, Picos de Europa, Cantábrica castellana, Sistema Ibérico, Pirineos, Castilla y León, Sistema Central, Extremadura, Castilla-La Mancha o Andalucía, con otros movimientos de menor entidad hacia la costa catalano-levantina, en Mallorca y algunas islas del archipiélago canario.


En otras áreas en las que tradicionalmente la trashumancia constituía una verdadera monografía económica, ha ido desapareciendo paulatinamente como actividad productiva relevante, dejando un reguero de cabañas antaño trashumantes que han pasado a la situación de estantes, o bien, se han transformado en otro tipo de empresas pecuarias como los cebaderos o sociedades que practican la ganadería intensiva estabulada, hecho que ha restado una parte significativa de las anteriores cabañas dedicadas a la ganadería trashumante en su dimensión tradicional.
En la medida en la que la trashumancia pasa de tener un papel destacado a desempeñar  un protagonismo meramente testimonial o de bajo perfil en el medio rural, según que comarca o región se trate, se observa hasta fechas muy recientes un escaso interés real por esta actividad pecuaria por parte de las autoridades sectoriales, hasta un punto de inflexión, en el cual se viene a producir una reivindicación de dicha fórmula de tradicional ganadería en medios del sector, en entidades académicas y culturales de carácter local e incluso de alcance nacional, que de algún modo ha supuesto un verdadero revulsivo para el anodino proceder de la administración en este campo. A modo de ilustración y como ejemplo, cabe reseñar que la primera ley de vías pecuarias aparece en 1995, no siendo hasta el horizonte del cambio de siglo cuando aparezcan las primeras leyes autonómicas al respecto.

La actividad de algunos nuevos líderes del sector ganadero trashumante, de entidades empresariales vinculadas al mundo de la trashumancia, de colectivos de profesores universitarios de distintas disciplinas, de entidades conservacionistas y grupos excursionistas, está suponiendo en la práctica un posicionamiento social favorable al mantenimiento de este tipo de tradicional práctica pecuaria, no sólo por la entidad de su mero peso económico, si no también por su carga histórica, cultural y por su contribución al mantenimiento de modelos socioeconómicos sostenibles para el medio rural español.
Por otra parte, la difusión del fenómeno trashumante a partir de museos monográficos, ferias ganaderas, fiestas de la trashumancia, publicación de monografías, congresos y seminarios especializados sobre geografía, historia, etnología o economía de la trashumancia, además de su valoración desde una perspectiva ambiental, socio-cultural y educativa, está generando un creciente interés social por la pervivencia de este legendario tipo de ganadería, que en el caso español se remonta a los albores del neolitismo y de las primeras sociedades humanas organizadas en la Península Ibérica.
Como consecuencia de la asunción de los valores enunciados en el párrafo precedente, ha comenzado a generarse desde hace unos pocos años un interés creciente por el acercamiento al fenómeno descrito. Los primeros colectivos interesados han sido el educativo en sus distintos niveles (Especialmente universidad y formación básica-secundaria), colectivos autonómicos interesados en el campo de la cultura popular y colectivos de grupos excursionistas (Senderismo, cicloturismo y sociedades de montaña).


La  docencia  e  investigación  universitaria  desde  el  punto  de  vista  de  un  fenómeno  vivo,  en  tránsito  hacia  su  desaparición,  o  como  un  hecho  pretérito,  están  marcando  la  actuación  de  diferentes  profesionales  de  la  universidad  española  que  desde  varios  enfoques  y  disciplinas  abordan  un  tema  caracterizado  por  su  complejidad  y  múltiples
facetas, procediendo a la difusión del fenómeno en los apartados curriculares de los programas de determinadas asignaturas, así como por intermedio de la configuración de los  primeros grupos multidisciplinares estables de investigación que congregan a profesores  de diversas universidades, siendo resultado de su trabajo la aparición de monografías y  libros de actas que recogen los trabajos presentados a congresos o seminarios especializados, contribuyendo también a su difusión en medios generales de comunicación y en otros foros especializados.
El interés del fenómeno cara al planteamiento de proyectos y currículos formativos o didácticos, especialmente en la enseñanza básica y secundaria, queda de manifiesto con la aparición de fichas y experiencias didácticas aplicadas a los distintos niveles de la educación escolar, ya de carácter elemental como con contenidos más avanzados, en los que se verifica la visita física a enclaves donde se practica o se ha practicado la trashumancia, entrevistas con pastores, acceso a infraestructuras ganaderas, recorridos por vías pecuarias, etc.
Otro de los grandes pilares que sustentan la eclosión del interés social por la trashumancia en España, deriva del atractivo cultural de dicha actividad para aquellos colectivos cada vez más extendidos que practican el excursionismo en sus distintas modalidades, en los que la identificación de una herencia histórica, la visualización y participación en un fenómeno vivo y palpitante, como el de la trashumancia, suponen un atractivo añadido cuando no prioritario en sus desplazamientos lúdicos.


Buena parte de los parámetros reseñados suponen el origen de una corriente turística que se ha empezado a pergeñar a partir de la trashumancia ganadera, no sólo en España, si no también en otros países en los se practica tal modalidad pecuaria, en los que las ferias, fiestas o festivales de la trashumancia suponen un destacado vehículo de promoción y difusión comunitaria, tanto para grupos específicos preocupados por el tema (Especialistas, investigadores, docentes, medios de comunicación, grupos culturales y excursionistas…), como para segmentos más difusos de la población con interés potencial por el fenómeno expuesto
La configuración de un conjunto de actividades vinculadas, de redes sociales y de un sistema de difusión social de la trashumancia empieza a advertirse ya en lo que puede catalogarse como un proceso con incipiente generación, en el que destacan varios agentes implicados como autoridades sectoriales a nivel nacional, autonómico y local, universidades y demás instituciones educativas o académicas, iniciativa privada por parte de agrupaciones empresariales ganaderas o del gremio del turismo rural, así como otras entidades dedicadas a la promoción rural, grupos culturales y agentes del mundo del ocio y de las actividades lúdicas.
Fotos: Santiago Bayon Vera 

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