lunes, 26 de marzo de 2012

La Serena - 8


Prácticas pastoriles
Tradicionalmente, el plan de reproducción de ganado merino se organiza de forma que la cubrición, de las ovejas coincida con la plenitud de la primavera, y el nacimiento de los corderos en otoño, al abrigo de las dehesas. Los viejos ganaderos de las sierras de Oncala lo resumen en el siguiente dicho: "el agostadero es la madre del cordero, y la otoñada la llave de la lana"
En torno a ello se ha desarrollado un conjunto de prácticas y comportamientos característicos del sistema trashumante, algunos de los cuales han permanecido hasta nuestros días. Estas prácticas se pueden agrupar en tres apartados según su finalidad: manejo del ganado, mejoras sanitarias y mejoras zootécnicas.

a) Manejo del ganado. Dada la gran diversidad de prácticas existentes para el manejo de ganado, se comentan aquellas que son comunes en los rebaños trashumantes estudiados.
Una de las prácticas destinada a obtener una buena corderada es el "ahijado" de los corderos, consistente en que cuando una oveja recién parida pierde a su cría ahíja a una ajena. Así, el cordero se beneficia de tener dos madres. Cuando el animal no acepta a la cría extraña, el pastor recurre a recubrir a ésta última con la piel del hijo muerto. El ahijado es también muy beneficioso para crianza de gemelos.
La elección de los "mansos" y su adiestramiento suponen otra práctica peculiar y muy importante por el papel que éstos juegan en el manejo del ganado. En los grandes desplazamientos de los rebaños trashumantes eran estos carneros castrados quienes marcaban los ritmos de avance. Ahora, aunque estas travesías son cortas, el manso aporta los mismos servicios, siendo útil, además, para aquellas tareas que requieran la sepa ración y el manejo de pequeños hatos, por ejemplo en el momento de esquilar, en los embarques de ganado, o en la separación de rebaños. El manso cuenta además con otra importante característica, la de producir lana de calidad, ya que estos animales producen un buen vellón.
El marcado o herrado era una práctica trashumante legislada por el propio Concejo de la Mesta, que imponía severas multas para aquellos rebaños que no estuvieran identificados con las señales distintivas del dueño. Las marcas se realizaban con hierro a fuego en la región supranasal de los animales. La misma marca de la ganadería era inscrita en uno de los costados del animal cuando éste había sido esquilado. Hoy día se sigue realizando para distinguir los rebaños.
El esquileo es la práctica que, quizá, antaño tuvo mayor importancia, ya que la venta de la lana suponía la mayor fuente de ingresos para los propietarios de las merinas trashumantes. Por ello la esquila de los rebaños se rodeaba de un ambiente festivo, con una compleja organización que iba desde las cuadrillas de esquiladores hasta los "ligadores" (encargados de coger y atar a los animales para esquilarlos), "moreneros" (llevaban carbón vegetal para aplicarlo en las heridas) o "echavinos" (repartían el vino entre los trabajadores). Actualmente el esquileo se realiza generalmente con máquina en vez de a tijera y su coste medio es de 130 ptas/oveja. Teniendo en cuenta que el precio de la lana ha experimentado un fuerte descenso (de 90 ptas/kg. en 1990, a 50 ptas/kg. en 1991), la mayoría de los trashumantes opinan que este producto ya no es rentable pero que, tanto por razones higiénicas como climáticas, deben seguir realizándolo.
En el período de invernada se realiza la cubrición y las tareas que ello conlleva. Estas son llevadas a cabo por los propios ganaderos, quienes eligen los carneros que servir n de sementales (moruecos), las ovejas que actuarán como nuevas reproductoras, así como los animales viejos que son eliminados. La estacionalidad del clima y el desarrollo herbáceo son datos tomados en cuenta para elegir la época de cubrición, que generalmente se realiza a finales de primavera (junio), con el fin de que la paridera tenga lugar después de la entrada en los invernaderos (noviembre). Se consigue así un cordero por oveja y año. Sin embargo, varios de los rebaños trashumantes ven alterado este ciclo, encontrándose explotaciones con parideras en verano y en invierno. Según algunas comunicaciones orales, en aquellos rebaños bien alimentados que se pueden cubrir durante todo el año (no existe paro oestral) se tiende al ciclo cerrado de tres partos en dos años: la gestación del ganado ovino es de unos 150 días, la oveja cuida de su cría durante el período de lactancia y hasta el momento en que esta última es sacrificada para cordero pascual (tres meses), y vuelve a curbrirse. Por tanto, el animal reproductor es cubierto cada ocho meses. Tan sólo uno de los ganaderos encuestados dijo obtener dos corderos por oveja y año.

b) Mejoras sanitarias. La propia Mesta planificó una serie de reglas de policía sanitaria para el control de las enfermedades de los rebaños trashumantes. Entre las históricas se puede citar la sarna del ganado cabrío, que fue declarada contagiosa en el Concejo de la Mesta en Riaza en 1556. Antiguamente eran los propios pastores quienes, gracias a su gran conocimiento de las dolencias del ganado y de sus remedios, se ocupaban de sus cuidados. Entre las enfermedades que afectaban con mayor frecuencia a los rebaños trashumantes estaban: la roña, la viruela, el bazo o becerra, la modorra, el pedrero y el papo.
Hoy día, los ganaderos acuden a los veterinarios locales cuando algún animal presenta síntomas patológicos. Existen además vacunas para casi todas las enfermedades de origen bacteriano.
La tercera parte de los trashumantes encuestados citan la pulmonía y la neumonía como las principales indisposiciones que afectan al ganado joven trasladado a los agostaderos. Las enfermedades que afectan a estos rebaños, según conversaciones con veterinarios de la zona, son en el 90% de los casos provocada por la parasitosis y septicemias. Entre estas últimas destaca la entreritixemia o basquillas - de origen bacteriano, actúa sobre le intestino donde suele albergarse el germen causante-, que se presenta en épocas de forraje húmedo. Las casos detectados de la enfermedad del mareo entre las reses trashumantes se deben a la dejadez del pastor, que permite que las ovejas se empachen antes de emprender el viaje en ferrocarril o camión. Otras enfermedades a destacar son los tétanos, el botulismo, la gangrena, el pedero y la brucelosis. Esta última provoca el aborto del ganado y puede ser transmitida al hombre por los animales, causando fiebres debilitantes y ondulantes conocidas como fiebres de Malta. El ganado caprino es el más susceptible a la infección, mientras que, dentro del ovino, la raza merina es la más resistente a pesar de estar muy expuesta a ella, especialmente en los rebaños donde coexiste con cabras. Las diarreas en cordero son menores en los trashumantes que en los de cebadero.
En extensas zonas de La Serena el malatio empleado como insecticida contra el langosto ha provocado desequilibrados en el ciclo biológico de los predadores de parásitos del ganado lanar. Ello ha supuesto una mayor expansión de las enfermedades que estos parásitos producen.

c) Mejoras zootécnicas. Tienen como objetivo incrementar la producción y rentabilidad de la explotación. Para ello, previamente ha de estipularse cuáles son los caracteres que se pretenden incrementar: rendimiento cárnico, lácteo o lanar, precocidad sexual, prolificidad, etc. Los trashumantes encuestados buscan con estas mejoras el logro de corderos de buena constitución y vigor neonatal, un mayor rendimiento cárnico y altas tasas de fecundidad y prolificidad. Como ya se ha comentado, los principales cruces se realizan con merina precoz, fleischaf y landschaf.
Otros aspectos socioeconómicos (arriendo de fincas, transporte por ferrocarril y carretera, duplicidad de estancias, escolarización de los hijos, etc.) serán analizados desde el punto de vista de la problemática que suponen para el ejercicio de la actividad trashumante




No hay comentarios:

Publicar un comentario