martes, 12 de julio de 2011

Trahumancia León y 7


Antecedentes de la trasterminancia actual.
En contraposición a los anteriores, los habitantes de los pueblos situados en la cuenca alta del río Luna, antiguos concejos de Luna de Yuso (Ayuntamiento de Luna, hoy Sena) y de Luna de Suso (Los barrios de Luna), se especializaron desde tiempos muy antiguos en una trashumancia corta o trasterminancia hacia las vegas del Órbigo, desde Espinosa de la Rivera a Benavente. En esta actividad destacaron algunos pueblos como Robledo de Caldas, La Vega de Robledo Caldas de Luna, Miñera, Aralla, Sagüera, y Los Barrios de Luna. En verano "trasladaban" (de ahí su nombre) sus ganados a los puertos de sus pueblos de origen.
Estos ganaderos utilizaban una oveja especializada, mas dura y resistente que la merina, de lana generalmente negra y con cierto grado de finura ("entrefina") que ellos denominaban "churras" aunque no tenía nada que ver con la raza churra tal como se conoce actualmente o churra de Campos, oveja ojalada de larga lana y basta.

La importancia de las vías pecuarias en la provincia de León la encontramos en el hecho de ser la única a la que acceden tres de las grandes cañadas. Su compleja subdivisión en diferentes cordeles, veredas y coladas al aproximarse al área montañosa del Norte de la provincia, da idea de la importancia que ésta tuvo como cabecera de las vías más largas y quizá de las más transitadas en épocas recientes entre las cañadas de la Mesta. Las vías pecuarias de León tienen una longitud de 2.386 Km. y una extensión de 6.261 Ha. A pesar de su entidad, su conocimiento sigue siendo deficiente, como lo demuestra el hecho de que en numerosos municipios las vías pecuarias no están aún clasificadas y, menos aún, deslindadas.

La red pecuaria constituye en León un patrimonio de primer orden, no sólo por su importante función todavía vigente como vía utilizada por los rebaños trasterminantes y trashumantes, que las utilizan para acceder, respectivamente, desde los regadíos del sur de la provincia o desde las estaciones de embarque ferroviario hasta los puertos de montaña, sino también por el valor cultural y ecológico de determinadas infraestructuras aún existentes: descansaderos, abrevaderos, puentes, portazgos, contaderos, etcétera.


Su valor paisajístico viene, en parte, determinado por la vegetación que sobre ellas se desarrolla. Las vías pecuarias no son sólo lugar de paso, sino también verdaderos "pastos longitudinales" donde el ganado se alimenta mientras camina, y, al tiempo, abona, generándose un suelo fértil que aún hoy día destaca como banda de amenidad y diversidad de flora y fauna, en medio de pedregales, viñedos, páramos o secanos labrados.
Se reconoce así claramente el distinto carácter de los pastos cañariegos y los de las zonas adyacentes, siendo, en general, los primeros de mejor calidad, más estables y estructurados.



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