martes, 12 de julio de 2011

Trahumancia León - 6


Sector oriental. Montaña de Riaño


La montaña de Riaño, en la primera mitad de este siglo, fue pastoreada, principalmente, por las cabañas de Rojas, Perales, Montenegro y Cuesta. Tenían en común el hecho de utilizar el mismo lugar de invernada, La Serena, en la provincia de Badajoz, con excepción de la de Montenegro, que lo hacía en la provincia de Cáceres, y en verano utilizaban exclusivamente los puertos de la montaña oriental y algunos próximos a Palencia. Otro rasgo común es que la mayoría de sus pastores procedían de un puñado de pueblos de la cuenca alta del río Cea (Tejerina, Prioro) y del Esla (Remolina, Las Salas, Anciles y Argovejo).
La cabaña de Rojas fue la que alcanzó mayor importancia durante el presente siglo; llegó a tener quince rebaños de ovejas, de 1.200-1.300 cabezas cada uno, más de dos de carneros y una gran cabriada (en total, unos 20.000 animales). A principios de siglo la propietaria era la Condesa de Bornos. Para la invernada poseía en La Serena dos grandes Encomiendas: Los Bodegones y El Tomilloso.
La condesa era propietaria del puerto de San Isidro (cuenca del Porma) y, además, arrendaba puertos por toda la montaña de Riaño, desde Maraña a Llánaves e incluso en Valdeón, ocupando más de treinta majadas. La cifra de pastores contratados era próxima a la centena, de lo que se deduce la importancia social y económica de esta actividad, al estar concentrada en un número reducido de pueblos.


La Condesa de Bornos tuvo una gran relación con el pueblo de Remolina, de donde eran todos sus hombres de confianza, desde los mayorales y rabadanes, hasta gran parte de los pastores. Entre los mayorales cabe destacar a Francisco Fernández Rodríguez, alias "El Rollo", que ejerció el cargo durante más de treinta años y al que sucedió su hijo menor Fernando Fernández Alvarado. Entre ambos, desempeñaron ininterrumpidamente el puesto de mayoral durante más de sesenta años. El último mayoral fue Evelio Fernández, de Tejerina, primo del anterior, que lo ejerció hasta 1950 en que, aproximadamente, se deshizo la cabaña.
La cabaña de Perales fue en el pasado una de las más importantes de España. A principios de siglo estaba compuesta por nueve rebaños de ovejas y otro de carneros, que equivalen a unas 12.000 cabezas, que se sostenían en invierno en nueve fincas de los herederos del Marques de la Serena, entre los ríos Guadiana y Zújar, principalmente, aprovechadas en común bajo la dirección de un mismo mayoral. En la finca de "Quintovaca" todavía se mantiene en pie, aunque muy deteriorada, la gran casa de Perales, con vivienda para los marqueses y dependencias para el mayoral, el guarda mayor y los roperos.



En verano la cabaña se desplazaba a los 16 puertos de Portilla de la Reina, donde las ovejas pastaron más de sesenta años seguidos, hasta 1948, año en que no se pusieron de acuerdo en el precio del arriendo. Desde el año 1939 han venido también utilizando los puertos de Lois (municipio de Crémenes, en la cuenca del Esla). Hasta 1963 la ganadería conservaba todavía cinco rebaños, reducidos a partir de esta fecha a tres, que trashumaron a León hasta 1988, en que dos de ellos quedaron estantes. El único resto trashumante en esta importante ganadería, adquirido por el último mayoral y familiares, permaneció en un puerto de Lois y otro de Ciguera hasta el otoño de 1991, fecha a partir de la cual quedarán definitivamente estantes en Extremadura.
La cabaña de Perales ha estado tradicionalmente muy relacionada con Tejerina -cuenca alta del río Cea-, y de este pueblo han procedido la mayoría de sus pastores y todos los mayorales. En este siglo ejerció el cargo Antonio Escanciano, que lo pasó a su yerno Heliodoro Rodríguez. A partir de 1950 lo ocupa su hijo Dionisio Rodríguez Escanciano, que todavía lo ostenta en la actualidad, después de más de cuarenta años, manteniendo aún su responsabilidad sobre los rebaños propiedad de los descendientes de Perales, que perduran en Extremadura.
La cabaña de Cuesta tuvo menor importancia que las anteriores y, según parece, tanto las fincas como los rebaños procedían de Perales, de cuya ganadería Juan Cuesta Fernández, abogado de Villanueva de la Serena, había sido administrador. Disponía también de varias fincas entre el Guadiana y el Zújar, y la finca madre estaba en «Quintillo», cerca de Villanueva. Llevaba a León cuatro rebaños que ocupaban los puertos de Acebedo y Lois. Dejó de subir a los puertos en los años cuarenta, quedando posteriormente estante en Extremadura y deshaciéndose la ganadería en los cincuenta.


Igual que la cabaña de Rojas, la de Cuesta también estuvo muy ligada a Remolina. El primer mayoral fue Bonifacio Álvarez, que bajó a Extremadura más de cincuenta años seguidos. Le sucedió su hijo Virilio Álvarez, que lo dejó hacia 1940, fecha a partir de la cual la cabaña subió a León pocas veces más. El último mayoral fue Jesús Alvarez, de Prioro, familia de los anteriores, que permaneció algunos años más en Extremadura con el ganado estante.
Otra cabaña de considerable importancia fue la de Gonzalo López Montenegro, ganadero cacereño que empezó a trashumar a los puertos de Riaño en 1939, contratando pastores de Prioro y Tejerina. Era una ganadería de origen antiguo, aunque con efectivos más reducidos que las anteriores, ya que poseía tan sólo tres rebaños. Sin embargo, destacó por disponer de un ganado de gran calidad y fama, cuya selección llevaba directamente su dueño.
Invernaba en la finca «Las Golondrinas», donde estaba la casa madre, y en «El Hornillo», en los Campos de Cáceres, entre Trujillo y la capital. Los agostaderos eran puertos de Puebla de Lillo y posteriormente de Maraña. Esta ganadería desapareció en 1972 a poco de fallecer su propietario, quedando posteriormente estante en Extremadura. El último mayoral fue Edelmiro Riaño Herrero, de Prioro, que ejerció el cargo desde 1940.
De la exposición anterior puede deducirse que han existido dos grandes núcleos de trashumancia tradicional, Babia y Riaño, ambos ligados a las cabañas en el último siglo por la gran cantidad y calidad de sus puertos. La actividad estuvo muy vinculada a determinados pueblos que se especializaron en el pastoreo trashumante.

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