lunes, 14 de febrero de 2011

Trashumancia en Sanabria

La comarca de Sanabria, a caballo de las estribaciones y los valles del conjunto serrano de Cabrera y Segundera, posee una indudable identidad física y cultural derivada de su especial situación entre las provincias de León, Zamora y Orense y el vecino distrito portugués de Tras os Montes. El duro ambiente de montaña y su localización periférico han marcado el carácter de la región en sus diversos aspectos.
Los recursos pastables de sus sierras en el período estival ofrecen la perfecta complementación con los de otras zonas más meridionales para el tradicional aprovechamiento ganadero en régimen de trashumancia.
Con todo, la trashumancia, vista desde Sanabria, ha experimentado cambios diversos en los dos últimos siglos. En primer lugar, puede conjeturarse que la comarca sanabresa, por causa de la expresada marginalidad geográfica, ha tenido poca o ninguna presencia entre los ganaderos serranos que integraban la cuadrilla mesteña de León. Por contra, existen referencias documentales que atestiguan la presencia de ganaderos trashumantes extremeños en la comarca sanabresa desde mediados del siglo XVIII, presencia que todavía hoy mantienen; en efecto, los merineros extremeños representan otro sistema de aprovechamiento que tiene puntos comunes con el pasado y el presente: poseen grandes rebaños de ganado muy seleccionado, majadas estables en la sierra y una gran tradición trashumante. Realizan sus largos desplazamientos en ferrocarril y sus tierras extremeñas los empujan a Sanabria desde mayo hasta noviembre.


Aunque su incorporación es probablemente mucho más tardía que la de los extremeños, los ganaderos de la comarca zamorana de Aliste integran hoy el contingente trashumante con mayor presencia en Sanabria. Los alístanos (churreros) no cambian de provincia y no permanecen en Sanabria nada más que dos meses, pero completan su ciclo productivo dependiendo de tierras que distan menos de cien kilómetros, efectúan sus desplazamientos por vías pecuarias y mantienen las más puras tradiciones trashumantes, incorporando unos sistemas sociales comunales muy arraigados que plasman en una rígida jerarquía laboral durante la temporada de pasto de las sierras.
Aún quedan otros visitantes ganaderos que, dispersos por tierras extremeñas, salmantinas y zamoranas, se acomodan en la comarca sanabresa durante el estío, llegando en camiones y con calendarios menos estrictos que los demás grupos.
Todos ellos, sin embargo, comparten la condición de ganaderos foráneos. Mas, poniéndose otra vez de manifiesto la dinámica trashumante, unos pocos ganaderos de la parte baja de la comarca, tal vez perpetuando usos que antaño compartían los pueblos del Común de Sanabria, suben en verano hacia las altas sierras de Porto con sus vacadas, y, en cierta reciprocidad con los merineros extremeños, bajan con ellas a las dehesas de Cáceres durante el invierno.


Es objeto de estos artículos sobre la trashumancia en Sanabria, la caracterización y cuantificación de todas estas modalidades trashumantes, insertándolas en el espacio socioeconómico sanabrés. Desde fuera llega la presión urbanizadora, la tendencia a la intensificación, los “modernos” parametros de calidad de vida y la tercialización y globalización de la economía. Las consecuencias son inmediatas: envejecimiento de la población, abandono de las tierras y las prácticas agrarias tradicionales, pérdida de cultura popular, degeneración o desaparición de las razas autóctonas y, en definitiva, un estrés sobre el territorio que en pocos años está provocado cambios irreversibles en la comarca de Sanabria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario