Los
fuertes y drásticos cambios sufridos y vividos en e! Pirineo, en todas las
áreas de montaña, como pueden ser los cambios de un tipo de ganadería a otro,
los distintos y completamente opuestos sistemas de trabajo, así como los
diferentes modos de comportamiento social y económico, sin olvidar el gran
espectro de la despoblación que ha asolado a un buen número de lugares y
pueblos altoaragoneses, han conllevado la práctica pérdida y olvido de estas
formas de ser y de vivir en un medio, en la montaña concretamente, habituales
hasta hace escasamente medio siglo y en la actualidad sólo contempladas con un
resto arqueológico, como unos simples trazos escritos y unas bellas imágenes
emulsionadas de una realidad no muy lejana, de unos hechos realizados por el
hombre en sus diversos medios y en sus variadas culturas. No obstante, y por el
propio devenir del ser humano, hay que abrigar la esperanza en la llegada de
ese día, no muy lejano, a ser posible,
en que renazcan las montañas, ya que "será el momento en que el
montañés podrá permitirse el lujo de asumir y autopotenciar su historia cultural
bajo e! signo del progreso. Entonces los
pastores serán recordados, como serán recordados todos aquellos que, de un modo
u otro, hicieron posible la vida en estas montañas, de todos aquellos que
hicieron transcurrir su devenir diario conforme a lo que la tradición y su
mayores les habían ido enseñando desde su infancia.
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