La
percepción del espacio.
Las
diferencias en la percepción del espacio han sido muy acusadas entre los
hombres sedentarios y transeúntes. Ya definamos a unos como agricultores o
burgueses, ya a los otros como viajeros o trashumantes, lo cierto es que
encamarán arquetipos contrastados en su relación con el medio circundante. De
manera que en sus respectivas visiones se han venido contraponiendo las formas
de vida estable y móvil, estática y dinámica, aferradas a la tierra y la urbe o
utilizándolas como vectores de desplazamiento. No es más que el contrapunto
entre la idealización de la vida pastoril por las élites literarias y
artísticas del mundo culto y la dureza de los afanes reales que exigía el
ejercido de la granjería pecuaria.
De
resultas, la visión del pastor desde sus confines migratorios en la montaña o
la dehesa le han conferido una mayor profundidad de campo, al tiempo que sus
cíclicas marchas a extremos le proporcionarán una experimentación cinemática
del paisaje, en la que se suceden imágenes en movimiento a la velocidad del
careo de los rebaños. Las especies ganaderas que integraban las cabañas
modelaban con sus formas de pastar y sus cuitados el territorio transitado. La
práctica de una modalidad pecuaria tan histórica como la trashumancia fue
definiendo sobre el terreno itinerarios privativos entre los campos cultivados.
Lo que será, en fin, un patrimonio viario intrínseco a la cultura pastoril de
los pueblos del Mediterráneo y similar al de las ganaderías móviles del mundo.
El
alumbramiento de estas sendas ganaderas fue gestado por las mismas trochas que
abren los animales de forma espontánea en busca de abrevaderos y pastizales.
Esto conlleva la concepción de! camino, así como de la vía pecuaria, como un
suceso natural convertido en artificial por la evolución del utillaje mental de
las sociedades modernas. A partir de este estadio se dará una superposición,
reutilización e intersección de rutas antiguas, calzadas romanas, cañadas
ganaderas, carriles de ruedas y herraduras, carreteras y raíles ferroviarios.
Cada sistema de comunicación dispondrá de redes, medios y vectores privativos,
lo que no es óbice para que sean complementarios e integradores en el proceso
de ordenación territorial de cada paisaje.