martes, 20 de septiembre de 2016

Las vías pecuarias y pastoreo extensivo - 4


FotoS.: Torrebarri (León) (Santiago Bayón Vera) 

La repercusión de la red de vías pecuarias en la conservación de la naturaleza difiere entre los distintos territorios, depende de su densidad y de los objetivos de conservación planteados en cada caso. Los comentarios que exponemos se basan principalmente  en las cañadas reales  e interpretan el significado ecológico de su trazado como una estructura que responde a su utilización por herbívoros pastadotes, heredera en muchos de sus tramos, por la lógica de su trazado, de antiguas trochas migratorias preexistentes en el territorio.
Su imbricación  en áreas montaraces. Periferias de los municipios  y despoblados
Las razones subyacentes al recorrido de las trochas pecuarias resultan de un compromiso entre requisitos relacionados con el medio físico, los ritmos fisiológicos y de conducta de los animales y la evitación en lo posible de las mejores tierras agrícolas. Perseguían en definitiva  asegurar el sustento, arribando  a descansaderos, balsas de agua, pastos amplios, pero interfiriendo en la menor medida posible con usos más productivos.
Las cañadas reales tienen una altitud media por encima de los 600 m y algunas de ellas (como la Cañada Leonesa Oriental) por encima de los 800 m. En su aproximación a las montañas, las cañadas sitúan su recorrido bien en la parte superior de lomas ampliasCuadro de texto: I, los llamados “pandos”  o lomadas en León, o bien por los páramos que separan valles fluviales bien definidos. Discurren a lo largo de toda la longitud de estas “tierras  altas” interfluviales y evitan los fondos de valle y las vegas. ¿Puede esta tendencia  de las cañadas tener relación con la mayor visibilidad y protección respecto al ataque de los depredadores?
Ya en la montaña cuando la cañada se acerca a los puertos, el terreno cultivable  o apto para prados de siega es escaso y confinado  al fondo de los valles y zonas bajas de suave pendiente. En estos casos la cañada suele adaptarse a una de las laderas, la más soleada y despejada de vegetación,  a pesar de que en ciertos tramos presente una pen- diente muy inclinada


Estos diseños  del recorrido contrastan con lo que sucede en las zonas de menor altitud y clima más cálido. La cañada reclama en este caso valles abiertos y vaguadas húmeCuadro de texto: Sdas, con frecuencia en zonas de surgencia de acuíferos. La selección se debe a la existencia de pastos majadeados por las ovejas, así como descansaderos amplios favorecidos por la sombra de alamedas, saucedas o tarayales. El ajuste de la cañada a estos cauces de suelos pesados, a veces salinos, evita su interacción con las tierras de labor que en estas zonas predominan  en los interfluvios.
Cuadro de texto: RCuadro de texto: ACuadro de texto: LCuadro de texto: EEn su relación con las poblaciones  la cañada busca las zonas periféricas, pastos y monte, en el límite entre los términos municipales  y evita en lo posible las franjas de usos agrícolas más productivos.  Si bien no es raro que la calle principal de algunas poblaciones sea una antigua vía pecuaria, la cañada no busca en general el paso por los pueblos, haciéndolo sólo cuando prácticamente no existe otra solución. Lo más común es que la cañada rodee el núcleo habitado,  buscando algún descansadero.
Cuadro de texto: ICuadro de texto: SCuadro de texto: TEn general podemos afirmar que los cañadas reales se asocian a territorios que en la actualidad  son considerados marginales desde el punto  de vista productivo (páramos fríos, mesetas, valles apartados de las poblaciones). Cumplen una importante función que puede mejorarse de facilitar su aprovechamiento y mantener la accesibilidad.