sábado, 29 de octubre de 2022

 


Historia , actualidad y futuro de una materia prima: la lana - 4

Cabaña Perales – Curiel

Contrariamente a los anteriores, gozo de más prestigio interior que en el extranjero. Fue fundada por el Conde de San Rafael que la vendió a Curiel, y este al marqués de Perales de Rio , que los primitivos curieles  agrego animales de cabaña Velasco  y otros procedentes del Monasterio de las Huelgas (Burgos) . Pastaban en el valle de Serena (Badajoz) de invierno y verano subía a los puertos de León y la finca Prados de El  Espinar (Segovia)

La cabaña de Perales estuvo tradicionalmente muy relacionada con el pueblo de Tejerina. Gran parte de los mayorales de esta cabaña pertenecieron a una familia de este pueblo.

También de Tejerina y de los pueblos de la zona eran los pastores de la cabaña. En 1852 el marqués de Perales, entonces presidente de la Asociación de ganaderos del reino, nombró visitador extraordinario, con la misión de reconocer y describir la cañada real leonesa oriental en su totalidad, a Juan Manuel Escanciano, pastor de Tejerina de la cabaña de Perales, con gran experiencia en su recorrido. En el siglo XIX, fueron mayorales, sucesivamente, Antonio Escanciano, su yerno Heliodoro Rodríguez y, a partir de 1950, su hijo Dionisio Rodríguez Escanciano

Puertos de Portilla de la Reina 

Durante la guerra civil española la cabaña quedó aislada de sus dueños y de los pastos en la Serena (en zona leal a la Segunda República Española). El mayoral Heliodoro Rodríguez, fiel a sus amos y a la supervivencia del rebaño, llevó durante tres años las 12 000 cabezas desde los puertos de Portilla de la Reina en León a dehesas de Cáceres, donde había arrendado a crédito pastos Durante la guerra civil española la cabaña quedó aislada de sus dueños y de los pastos en la Serena (en zona leal a la Segunda República Española). El mayoral Heliodoro Rodríguez, fiel a sus amos y a la supervivencia del rebaño, llevó durante tres años las 12 000 cabezas desde los puertos de Portilla de la Reina en León a dehesas de Cáceres, donde había arrendado a crédito pastos

Chozo recostruido de la Cabaña de Perales en Portilla de la Reina 

La cabaña de Perales fue una de las más importantes del país. Fundada por el conde de San Rafael, que la vendió a Curiel, y éste al marqués de Perales del Río, que al ganado procedente de Curiel agregó animales de la antigua cabaña de Velasco y otros procedentes del monasterio de las Huelgas de Burgos. La lana era de extraordinaria calidad por su finura, su tono, elasticidad y rendimiento.

A mediados del siglo XVIII la cabaña tenía más de 30 000 cabezas. En la guerra de la independencia española la cabaña casi desapareció tras diversos saqueos, quedando solo las ovejas pertenecientes a las escusas de los pastores -unas 900 ovejas-, que estos habían llevado a parajes poco accesibles. El marqués de Perales adquirió sus ovejas, creando de nuevo la cabaña entre los años 1821 y 1824. A principios del siglo XX estaba compuesta por nueve rebaños de ovejas y uno de carneros, unas 12.000 cabezas.

Pastos de verano: En verano la cabaña ocupaba los dieciséis puertos de montaña de Portilla de la Reina, donde las ovejas estuvieron pastando más de sesenta años seguidos, hasta que en 1948 no se pusieron de acuerdo en el precio del arriendo. Pasaron después a utilizar puertos de Lois y el vecino municipio de Ciguera.




Esquileo: Tradicionalmente el esquileo de la cabaña de Perales tenía lugar en El Espinar en Segovia, donde aún se mantiene en pie el palacio del esquileo del marqués de Perales.

Cuyos vestigios son hoy perfectamente reconocibles, siguiendo la dirección suroeste-nordeste de la falda de la Sierra (de El Espinar a Riaza), merece la primera referencia el esquileo del marqués de Perales, sito en el casco urbano de El Espinar. Lo que hoy puede verse es la magnífica y artística fábrica del edificio que fue casa-palacio de los señores del esquileo, que colgaron varios espléndidos escudos . El resto de las construcciones se encuentran fragmentadas y desdibujadas por la red urbana del pueblo, de manera que poco claro se puede ver en ellas para lo que nos interesa. Por 1750 el marqués de Perales esquilaba aquí su cabaña cifrada en 25.000 cabezas; hacia 1780 eran nada menos que 32.755 cabezas, pero además esquilaba el  conde de Alcolea unas 19.449 reses. Ambos naturalmente ganaderos  avecindados en Madrid, aunque Perales era además vecino de El Espinar, por lo que tenía derecho a que sus ganados pacieran gratuitamente en los pastos comunes de la localidad y de toda la Tierra de Segovia, en cuyo seno se incluía aquélla. En 1841 Perales todavía esquilaba 18.931 cabezas en su establecimiento, a pesar de la decadencia de la trashumancia.

Fotografias: Santiago Bayon Vera 


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