Clasificación
y sorteo incorrecto
Se ha simplificado muchísimo el sorteo y clasificación manual de las lanas. Hace unos
años se clasificaban las fibras procedentes de las diferentes zonas
del vellón por su finura, longitud, presencia de pelo y fibras de color. Se
realizaban dos selecciones: una rápida e imperfecta, después del esquileo
"desbordado", y una segunda, más minuciosa, antes de entrar a lavar,
llegándose a separar hasta cinco clases diferentes de mechas del vellón. En el
sorteo se separan también las partes que contienen pez o alquitrán.
Cuando esta clasificación manual se realiza incorrectamente, representa una merma en la calidad de
la lana.
Este es un problema motivado por la falta de esquiladores expertos, que sólo puede
resolverse mediante una buena formación. Debido a la poca capacitación de
las personas que llevan a cabo el esquileo, se produce con excesiva
frecuencia un "recorte" que ocasiona una disminución de la longitud de las
fibras. La disminución de la longitud incide en el precio de la lana,
considerando que la finura y la longitud de fibras juegan un importante papel
en el momento de establecer su valor comercial. Desde el punto de vista
del procesado de la lana, la presencia de "recorte" ocasiona una disminución
de rendimientos en el peinaje, un incremento de los desperdicios y
una mayor cantidad de "neps" en el cardado. Entendemos por
"neps" los pequeños amasijos de fibras con un núcleo definido, difícilmente
disgregables y que repercuten muy directamente en la calidad de los hilos.
Presencia
de pesticidas
El
industrial tiene pocas posibilidades de intervenir, dado que desconoce los
tipos de productos aplicados y su dosis. Los análisis, que son complejos,
tienen un coste elevado. Los pesticidas no son eliminables totalmente en el
lavado industrial, pasando una parte a los vertidos, y su presencia en la
grasa de la lana recuperada de las aguas de lavado, ocasiona
problemas en su posterior aplicación en farmacia y cosmética, que son sus
principales mercados. Todo ello no significa que deba prescindirse de los
pesticidas, pero debe llegarse a una situación de compromiso en utilizar
productos tolerados y sin una incidencia posterior comprobada. Al igual que ya se
ha hecho en otros países con tradición lanera, convendría definir con
precisión un listado de productos permitidos y de productos prohibidos
(organoclorados y organofosforados) en el manejo y tratamiento de
las lanas.
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