viernes, 13 de abril de 2012

Caminos de ganados: España - Portugal - 6



Los paisajes mediterráneos son artefactos de naturaleza y cultura, modelados por la transformación colectiva del territorio. Siglos de historia, de trabajo y de pensamiento han hecho del medio natural un paisaje de cultura, donde los ecosistemas potenciales se hallan mediatizados, consciente o inconscientemente, por las actividades productivas. Por ello, en los actuales paisajes mediterráneos hay un legado patrimonial de fragmentos superpuestos heredados del pasado. La interpretación de tales huellas, marcas y tramas remite a unos modos de vida —ahora desaparecidos o muy residuales— que participaron en el modelado de los actuales mosaicos paisajísticos, incluso con valores socialmente otorgados. En la actualidad, la ganadería extensiva es una actividad económica menor en los países mediterráneos, pero históricamente jugó un papel relevante en la construcción de muchos paisajes rurales. "Ninguna manifestación de la vida económica española tiene en su historia el arraigo que la ganadería". La huella territorial de la trashumancia en el paisaje, con especial atención a la Península Ibérica.


La trashumancia —un fenómeno complejo, ahora residual en muchas regiones mediterráneas— fue una antiquísima práctica pastoril, en cuya base se entrecruzan factores ambientales, disposiciones jurídicas y decisiones históricas. El desplazamiento de pastores y ganados —entre extremos ambientales y economías distintas— es una estrategia de manejo, explotación y aprovechamiento de recursos que permite sortear las limitaciones de alimentar cabañas importantes sobre los mismos predios todo el año y usar pastos lejanos que, de otra manera, estarían inactivos e infrautilizados cuando en la partida escasean o no existen. En este sentido, la trashumancia es una adaptación pastoril a la variabilidad ecológica anual de los pisos bioclimáticos mediterráneos, el trasiego de pastores y ganados por cañadas y veredas constituye "una de las características del mundo mediterráneo". Este secular modo de vida no pasó desapercibido para los historiadores Desde principios del siglo XX, muchos de ellos fueron profundizado en sus dimensiones económica y comercial y, más recientemente, en aspectos ambientales y patrimoniales. Poco a poco, el cuadro interpretativo ha ido integrando las relaciones sociales (decisiones políticas y económicas) con territorios ecológicamente complementarios En síntesis, una mezcla que sitúa la trashumancia entre los modelos de sostenibilidad.

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