lunes, 26 de marzo de 2012

La Serena - 5


Procedencia de los ganados
La Serena ha ido perdiendo el antiguo potencial que, como invernadero de los grandes rebaños trashumantes, hacía de este territorio una comarca natural de excepcional relevancia ganadera. Hoy día predominan los rebaños estantes, mantenidos con fuertes aportes externos de materia y energía, en clara competencia con los pastos que antaño aprovechaban los ganados trashumantes. De esta forma, el delicado equilibrio entre producción y consumo estacional queda modificado en detrimento de la calidad de las yerbas, provocando la erosión de los suelos con escasa cobertura vegetal y el aumento del precio de los arriendos En La Serena se concentran rebaños procedentes de dos de los cuatro partidos originales de la Mesta, Soria y Cuenca, a los que se añaden las tradicionales poblaciones trashumantes fronterizas de Teruel  Además, como contrapunto a la dominante trashumancia foránea, se da aquí el caso de rebaños que practican la trashumancia inversa, en la que el origen de los ganados está en los invernaderos extremeños



Cabecera soriana
Los pastos de verano se distribuyen en los términos de Santa Cruz de Yanguas, Villar del Río, La Aldehuelas, Oncala y Poveda de Soria, por las Sierras de Camero Viejo, Sierra de Montes Claros, Sierra de Alba, Sierra de San Miguel y Sierra de Pineda, donde realizan un aprovechamiento estacional intenso.
En conjunto, esta cabecera soriana mantiene una cabaña trashumante de gran importancia respecto al resto de la Península, basada casi exclusivamente en ganado lanar.
Las peculiaridades  geográficas y climáticas han condicionado una distribución  dispersa de los múleos de población facilitando el  aprovechamiento de los recursos naturales  El éxodo rural que comenzó en la década de los cincuenta ,llegando a ser actualmente unas  zonas de España , mas despoblada, promovió cambios de usos del territorio que, lejos de favorecer el aprovechamiento extensivo de la cabaña ganadera (por la mayor disponibilidad de pastos), inició una tendencia negativa sobre los efectivos trashumantes. De esta forma los paisajes de montaña se fueron deteriorando, disminuyendo su calidad intrínseca y los rendimientos agrarios.


Cabecera conquense
El antiguo Partido de Cuenca ha perdido la enorme importancia que mantuvo durante los períodos de auge de la Mesta, pero en la actualidad sostiene una importante cabaña de ovino sujeta al ciclo trashumante. La impronta que deja el paisaje, pese a tener numerosos elementos comunes con la cabecera soriana, marca importantes aptitudes y el carácter de sus pobladores. Solamente pasan el invierno en La Serena rebaños procedentes del municipio de Tragacete, que realizan la agostada en las calcáreas sierras conquenses, por encima de los 1.500 metros de altitud.


Sierras turolenses
En la campaña de 1991 los ganaderos procedentes de las sierras de Teruel presentan localizaciones geográficas fronterizas, tanto en los pastos de agostada como en los de invernada. La invernada se lleva a cabo en los límites entre la comarca cordobesa de Los Pedroches y la pacense de La Serena, realizando el embarque en la estación de Cabeza del Buey. La agostada se realiza en las proximidades del nacimiento del río Tajo (Fuentegarcía), ocupando los pastos limítrofes entre las provincias de Cuenca y Teruel, y su origen se sitúa en Villar del Cobo (Teruel).
Es fácilmente comprobable un fenómeno de agregación en el que ganaderos de un mismo origen tienden a buscar pastos de invierno con relativa proximidad a sus "paisanos". El área de La Serena está básicamente ocupada por los sorianos, que disponen de la mayoría del área pastable, mientras que los de Cuenca y Teruel ocupan territorios más orientales, hacia la comarca de Los Pedroches (Córdoba).
 Entre los factores que condicionan una distribución de estas características pueden citarse:
·         La tradición mantenida desde antiguo, en la que los rebaños iban unidos en sus desplazamientos a pie.  
·         La facilidad para la utilización de las líneas de ferrocarril.
·         La tradición en el arriendo de las fincas, lo que facilita los "tratos" con personas ya conocidas.
·         El incremento de la sensación de bienestar y seguridad por la vecindad de personas de confianza durante los duros meses del invierno trashumante.

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