miércoles, 25 de mayo de 2011

Trashumancia en Sanabria - Historia - 4

En las sierras sanabresas confluyen rebaños procedentes de dos invernaderos distintos: uno lejano, localizado en las provincias extremeñas, y otro próximo, asentado en las comarcas zamoranas vecinas, integrantes del partido de Alcañices, que incluye las Tierras de Aliste y de Tábara. De manera ocasional se añaden un rebaño de la comarca de Sayago (Zamora) y otro de la provincia de Salamanca.
Ahora bien, así como la trashumancia de procedencia extremeña es un hecho sabido, y en particular la originaria de la comarca de La Serena, de la que proviene la mayor parte del ganado merino, por contra es poco conocida la trashumancia de las comarcas próximas a la de Sanabria, a pesar de su elevada participación en el pastizal sanabrés.
Por todo esto, casi se puede considerar que es la Tierra de Aliste la que proporciona las claves del mantenimiento de la trashumancia en el extremo noroeste de la Península, motivo por el que se dedicará una mayor atención a las características geográficas y sociales de este peculiar y cercano invernadero que, en adelante, denominaremos genéricamente Aliste.


Churreros
Bajo el nombre de «Churreros de Aliste» se conocen en Sanabria a los ganaderos trashumantes que proceden de la vecina comarca alistana, y por proximidad geográfica engloban también a los procedentes de la Tierra de Tábara. Los límites que definen este invernadero son: la Sierra de la Culebra, al Norte; el río Esla, al Este; el río Duero, al Sur, y la frontera con Portugal, al Oeste.
Las cabañas
En la época estival se reúnen diversos propietarios de diferentes pueblos para realizar conjuntamente el desplazamiento y el aprovechamiento de los pastos de las sierras sanabresas. La unión de estos rebaños (de 30 a 500 cabezas) forman las cabañas.
En Aliste cada cabaña local trashumante es conocida por el nombre del pueblo en donde reside el «encargado», que, como la misma palabra sugiere, se responsabiliza de todo lo relacionado con la actividad trashumante. De esta forma se puede hablar de cuatro cabañas: Palazuelos, Valer, Fradellos y Riofrío, a las que se puede añadir una quinta, la de San Vicente de la Cabeza-Rabanales. En Tábara hay tres y para diferenciarlas se las conoce con el nombre del propio encargado.

De entre las alistanas, la cabaña de mayor entidad es la Cabaña de Palazuelos, que arrienda sierras en los términos de Hermisende (La Tejera, Cástrelos y Sierra Gamoneda), Pedralba (Sierra Gamoneda y Calabor), Requejo (Sierra Gamoneda) y Lubián. Le sigue en importancia la Cabaña de Valer. Los pastos de verano arrendados en esta campaña se localizan en el término de Porto; unos son de titularidad municipal y otros se encuentran en montes del Estado transferidos a la Junta de Castilla y León.
La Cabaña de Fradellos engloba se desplazan a Valdecasares, Valdalastra, La Piedriña, Aciberes, El Gañeron, Segundera II y Valdelacasa, en el término municipal de Porto, y Sospacio, en el de Pedralba. La Cabana de Riofrío, compuesta de unas 2.000 reses, agrupa rebaños de Abejera (Riofrío) y Rabanales que se dirigen a El Cabril y Santa Coloma (Porto). La Cabaña de San Vicente de la Cabeza-Rabanales, con 1.400 efectivos, a una dos rebaños que aprovechan los pastos en las cercanías de Robledo, al sur del término municipal de Puebla de Sanabria.
Las tres Cabañas de Tábara recogen unas cuatro mil cabezas, todas ellas pertenecientes al pueblo que les da nombre. Dos de ellas se forman con el ganado de varios propietarios (cuatro en cada caso), mientras que la otra es de un solo ganadero que lleva ovejas y cabras. Las fincas arrendadas se localizan en diferentes sierras del término municipal de Porto.

Los rebaños que en otro tiempo formaban la cabaña ovina alistana eran de raza Churra, por lo que estos trashumantes eran conocidos en la región sanabresa como los «Churreros de Aliste». Sin embargo, las cualidades de esta oveja, especialmente su rusticidad y sus cualidades lecheras, no han servido para procurar su supervivencia pura. Poco a poco ha sido sometida a cruzamientos raciales y posteriormente reemplazada por la oveja Castellana, que con su triple aptitud leche-carne-lana es la que tiene mayor presencia. Los motivos de este cambio vienen determinados por el mercado de la carne, al ser éste el producto más rentable, especialmente en una época en la que la leche no se considera suficientemente remunera-da y la lana apenas adquiere valor, máxime teniendo en cuenta que mientras el peso medio de la oveja Churra oscila de 40 a 65 kg, el de la Castellana varía entre los 55 kg en las hembras y los 70 kg en los machos. Es este mayor tamaño el factor decisivo para elegir la raza Castellana como productora de corderos lechales, objetivo principal de las explotaciones.
Otro tanto puede decirse respecto de la raza Manchega, con la que en los últimos años se están realizando nuevos cruces para obtener corderos de mayor envergadura (las ovejas manchegas pesan de 55 a 70 kg y lo moruecos de 70 a 90 kg). A pesar de ser de mayor tamaño que la oveja castellana, es menos rústica y sobria, si bien tiene a su favor que, en condiciones favorables, la fertilidad es de hasta el 100' y la prolificidad llega a oscilar entre 130 y 160 corderos por 100 partos.
La mayor parte del ganado ovino que trashuma hacia Sanabria corresponde a estas dos razas autóctonas (la Castellana y la Manchega) y de aptitud carne-leche, con cuyos cruces se pretende mejorar la producción del cordero lechal.


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