lunes, 27 de febrero de 2012

La Serena - 4

Quintana y Zalamea.
Sigue recta la Cañada por término común de la citada villa y la de Zalamea, por el sitio de
El fornazo o Tarnazo,
Arroyo del mismo nombre,
El pedazo de judas,
El de las Suertes,
Juntas de Hijobejo,
El Canchal o los Canchales,
Camino de la villa del Valle.
Zalamea.
Entra la Cañada en término privativo de Zalamea;
Sigue por una ladera,
Al arroyo de las Fuentes,
Al puerto de la Cañada serrana o de las Veredas,
Al de Hijobejo;
Pasa por la orilla de la dehesilla del Conde de Arce, y concluye el término de Zalamea.
Valle de la Serena e Higuera de la Serena.
Entra en término comunero de las villas del VaNe y La Higuera de la Serena.
Sigue por los sitios de
Pozo del Alamillo,
Arroyo del Campo,
El Collado,
Camino que va a la Higuera,
Lomo de la Añora,
Fuentes de Don Martín.

Higuera de la Serena.
Entra en término privativo de la Higuera de la Serena.
Continúa por el Sitio del Barrial o del Barraca!,
Charco de la HIgueruela,
Arroyo Guadamez,
Las Hontanillas,
Sitio de Lázaro Pérez,
A dar al arroyo Cicaratón o Zaratón;
Sigue por los baldíos muy dilatados,
A los Zaurdones de Murga,
Por entre los dos pueblos del Valle y la Higuera.
Por el puerto Argayen o de la Ventilla.
Se baja un buen trecho de dicho puerto hasta el arroyo de Argayen, donde concluye el término de la
Higuera.
PARTIDO DE LLERENA
Retamal y Campillo.
Entra la Cañada en términos comuneros de los pueblos del Retamal y Campillo.
Desde el citado arroyo Argayen,
Llega al río Guadamez;
Va por la orilla arriba de este último, sin pasarle, por entre los dos pueblos,
Al sitio de El Venero,
A dar frente a la ermita de San Salvador,
Sitio del Barroso,
Hay un arroyo que baja de! lado del Campillo, que estrecha el paso de los ganados en una vega.
La Cañada prosigue
Por entre el Caz del molino de Los Pascuales o de la Pizarra, y tierras labrantías del pueblo del Campillo,
Por el sitio de los Valles,
Vereda del Contadero,
Cerro judío,
Sitio de los Pilones o de los Palacios,
El Bercial





La Serena - 3

Documentos antiguos redactados por los Visitadores Extraordinarios describen los recorridos de las principales rutas trashumantes a mitad del siglo XIX. En este Cuaderno recogemos la descripción que realizan al paso por La Serena de la llamada Cañada Real Leonesa.
DESCRIPCIÓN
De la Cañada Real Leonesa, desde los Puertos de Valdeburón, Partido de Riaño, en la Montaña de León, hasta el término de Montemolín, en los confines de la provincia de Badajoz con la de Huelva; y de otros dos ramales: con arreglo a los apeos y demás documentos que obran en el Archivo y Secretaría de la Asociación General de Ganaderos y al reconocimiento practicado por el Visitador Extraordinario D. JUAN MANUEL ESCANCIANO, en el año de 1852."
"PARTIDO DE HERRERA DEL DUQUE.
Casas de Don Pedro. Entra un corto trecho en jurisdicción de Casas de Don Pedro;
 Puebla de Alcocer. Continúa luego por término otra vez de la Puebla de Alcocer, Al barranco y umbría del león, Sitio del Botonar, o calle del Bodonal, donde confluye la Cañada que viene por Agudo, Tamurejo y Siruela. Continúa al pontón del arroyo Guadalamea, Por donde sale de este término.
Esparragosa de Lares.
Entra en el de Esparragosa de Lares, desde el citado arroyo de Guadalamea,
Al alto de la Sierra,
Por tierra yerma y baldía,
Al sitio de la Jarilla.
Al Boquerón,
Cerro del Calderín,
ElLavandero,
El Tejar,
La Solana,
Por cima de la ermita de Nuestra Señora de la Cueva,
Falda de dicha sierra, que queda a la derecha,
Al contadero de Esparragosa.
En este sitio se forman dos ramales: el de la izquierda se dirige a Cabeza del Buey.
El de la derecha (que se va describiendo), continúa por la jurisdicción de Esparragosa por toda La Serena
abajo,
Entre las dehesas de la Bodeguilla Cimera y Bodeguilla Bajera;
Deja a la izquierda la dehesa de Monreal,
Prosigue por las de los Terrines y Soterraña, cerca del río Guadiana,
Pasa el río Sújar por la barca de Esparragosa y Campanario,
Entra en jurisdicción comunera con Castucra y otras villas de La Serena,
Pasa junto a la dehesa Portugalesa,
Sube por la orilla del río Guadalefra,
Hasta el sitio de los Villaraltos.
PARTIDO DE CASTUERA
Castuera.
Entra la Cañada en jurisdicción de Castuera por dicho sitio de (os Villaraltos.
Donde se separa un cordel con dirección a la villa de Castuera.
La Cañada que se describe prosigue
A la dehesa del Egidillo,
Dehesa de la Balija;
Continúa subiendo por el río Guadalefra,
La atraviesa y toma la dirección sobre la derecha;
Linda con la dehesa de la Jambra.
Sigue hasta dejar La Serena,
Entra en la dehesa del Chantre, que era de la Encomienda de Zalamea;
Pasada ésta, vuelve la Cañada a pasar el Guadalefra;
Sigue recta por los sitios de El Molinillo,
El Colmenar,
Baldío de Lanchafría,
Rodeo de Quintana,
Canalizas del Churriana,
Hasta el arroyo y millar de la Fuente Seca, en donde concluye el término de Castuera.
Malpartida.
Entra en término de Malpartida, por el citado arroyo y millar de la Fuente Seca;
Continúa por el sitio del Tocico,
Pilón de La Cañada Serrana, que está frente del Zahurdón del Calero donde concluye este término y el baldío de la Fuente Seca.
Quintana.
Entra en término de Quintana;
Pasa al sitio de
La Rentilla, Reertillas, Reerta o Reyerta, cuyo sitio confina por la derecha con la dehesa boyal;
Sigue al Mojón Gordo,
Los Pocitos,
Laguna del Dornajo Dorpajo.
Zahúrdas de Don Gil,
Sitio del Escarabajero,
Camino adelante de Quintana a Zalamea,
Por baldíos de uno y otro pueblo,
Sitio de la Lanchahuela o Lanchahueca,
El Villar de Periquito o Villar primero,
Basconuño y Valcorruño,
El Cabezudo,
Cerro alto,
La Atalaya,
La Portezuela, Puentezuela o Fuentezuela,
El Gibujillo o Piloncillo,
Arroyo H ortiga;
Cruza dicho arroyo, y en él concluye el término privativo de Quintana.

La Serena - 2


Invernadero tradicional de la cabana trashumante
Desde el período de repoblación La Serena tuvo una vocación eminentemente ganadera favorecida por dos causas: el mar de pastizales en una de las rutas preferentes del ganado trashumante y la política de proteccionismo ganadero por parte del reino castellano con la institucionalización de La Mesta (la Provisión de 27 de octubre de 1600 cita a Villanueva como uno de los pueblos de Extremadura donde realizar dichos concejos. Sin embargo, varios concejos de mestas se realizaron en Don Benito y Campanario, lo que hace presumir la gran afluencia de ganado trashumante a esta zona).
Al principio, el área se mantuvo relativamente despoblada, los maestres y comendadores de las órdenes arrendaban los pastos sobrantes a los ganaderos de las Sierras, quienes, con la renta pactada, contribuían de manera primordial a revalorizar estas tierras. Estos serranos mesteños estaban amparados por las leyes siempre que siguiesen sus cañadas y ajustasen los pastos con sus dueños sin hacer perjuicios, si bien después hicieron de estos derechos excesivos privilegios. Tal es el uso del llamado de "alenguamiento", por el cual, cuando un trashumante concurría a una subasta de pastos de corporaciones y pujaba, adquiría, por el propio hecho de hacerlo, las hierbas; y cuando eran de particulares, con pastar un único invernadero y si el dueño no quería arrendarla reclama la posesión en el primer Concejo de Mesta y tan sólo con la reclamación decían tenerla ya adquirida. En 1501 apareció la primera disposición general en una Real Cédula hablando de este privilegio (de posesión), que defiende a los trashumantes en el sentido de que no pueden serles quitadas ni rotuladas las dehesas que llevaran en arrendamiento. Esta "ley de posesión y tasa" implicaba que los ganados ganaban "posesión" sobre las hierbas de invierno una vez apalabradas con los propietarios de las dehesas, quienes sólo podían desahuciarlos en tres casos concretos: impago de rentas, enfermedad del ganado y aprovechamiento del terrateniente con sus propios animales.
Este tipo de actos daría lugar a pleitos por parte de los municipios contra el Concejo de la Mesta, hasta que obtuvieron Providencia de Carlos V ordenando que en los arriendos se especificase la obligación de dar a los pueblos todas las tierras que necesitasen para sus labores y ganados con prioridad a los extraños.

Los terrenos pertenecientes a la Mesa Maestral empezaron a denominarse Real Dehesa de La Serena cuando el Maestre D. Juan de Zúñiga, en 1494, celebró las capitulaciones de pase del Maestrazgo a La Corona aprobadas por los Reyes Católicos, quienes obtuvieron para sí y sus sucesores el título de Administradores perpetuos.
La Real Dehesa tenía, todavía en 179 "una extensión de 250 millares de tierra, algunos poblados de robustas encinas, otros con acebuches y los más rasos y sin monte, de terreno pizarroso y poco fondo". Estos últimos "millares" son, precisamente, los que han dado fama a la zona por sus exquisitas, ricas y finas hierbas.
El derecho de las villas sobre La Real Dehesa de La Serena se concretaba en el de baldiaje, consistente en el disfrute de 102 millares de cabida para pastos y labor. El "Valdiage de la Serena" (como lo denomina Madoz) permitía la libre entrada de los vecinos en los millares donde no pastaba la cabaña del Maestre desde mediados de marzo hasta el 18 de octubre. Este derecho fue fijado después, por real Cédula de 17 de septiembre de 1734, en la tercera parte de la Dehesa, precisamente en los sitios más inmediatos a los pueblos y con la condición de hacer constar que así lo necesitaban, una vez ocupados sus respectivos propios y baldíos. El sobrante quedaba para los ganaderos trashumantes y mesteños.

Felipe V decide enajenar en 1744 varios millares de la Real Dehesa para sufragar los gastos de las guerras de Italia. Para ello consiguió la aprobación de S. S. Benedictino XIV (ya que se trataba de bienes de una Orden religioso-militar), sin perjuicio de seguir reconociendo el mencionado derecho de baldiaje. Como ello suponía un problema para encontrar compradores llegó a un acuerdo con los representantes de las villas: los compradores contribuirían a las villas con una tercera parte y les darían preferencia en el arriendo sobre los foráneos. A cambio, las villas renunciaron a un mes de baldaje, teniendo la entrada el 15 de abril y manteniendo la salida en el 18 de octubre.
En 1760 se dictó el Reglamento para disfrutar la tercera parte de asignación en la Real Dehesa, concediéndose la facultad de romper la décima de cada millar para la labor, quedándose los otros nueve de pasto y con imposiciones de severas penas para quien roturase de más.
Según la población fue en aumento, los propios y ejidos y la asignación en tercera parte de la Real de Serena fueron insuficientes para mantener sus propios ganados y escasearon las tierras de labor. Surgen así problemas tales como el arriendo de las encomiendas de nobles a trashumantes, contra el derecho de naturaleza a que las villas son acreedoras
. En 1873 fue suprimida la jurisdicción eclesiástica especial de las órdenes militares en España, en virtud de la bula "Quo gravius", expedida por Pío IX en Roma el 14 de julio de dicho año. No sólo ganadería y agricultura fueron los soportes económicos de las villas de esta comarca. En poblaciones como Cabeza del Buey la industria de fabricación de paños fue especialmente importante a partir de 1700, coincidiendo con la maquina de hilar y su instalación industrial. Su máximo esplendor fue de 1700 a 1740. En 1888 existían en esta villa dos fábricas de paño, cuatro tintes y cinco fábricas de hilo y algodón. De dicho año trata el estudio realizado por D. Nicolás Pérez y Giménez, doctor en Medicina y Cirugía, quien, preocupado por la mejora en el desarrollo de esta comarca, incita en su trabajo a la industrialización de algunas de las villas.


En la actualidad sigue siendo el sector agrario, tanto agrícola como ganadero, el factor clave de la actividad económica en La Serena. Esta comarca representa uno de los tradicionales invernaderos resaltados por la calidad de sus pastos y la benignidad de su clima, durante cientos de años. La unión entre extremos se realizaba antaño por medio de las grandes Cañadas Reales que atraviesan la Península de Norte a Sur, enlazando cualquier agostadero con los pastos de La Serena.
La unión desde las montañas de Zamora y León se realizaba a través de la Cañada Real de la Plata o por el ramal más próximo a las tierras de Portugal, pasando por Ciudad Rodrigo, enlazando después con las Cañadas Reales Leonesa Occidental y Oriental.
Desde las Sierras de Cuenca y Teruel se utilizaba la Cañada Real Conquense, también denominada de los Chorros, utilizando las uniones con la Cañada Real Segoviana que atraviesa las estepas de La Serena.
Las posibilidades de los sorianos estaban más diversificadas pudiendo utilizar según convienese (eran múltiples los factores que determinaban los recorridos) cualquiera de las dos Cañadas Reales Sorianas, Oriental u Occidental, la Cañada Real Segoviana en todo su recorrido o bien la Cañada Real Galiana.

La Serena - 1


El origen y significación del topónimo "La Serena" no está claro. Algunos autores, como Paredes Guillén, se inclinan por la existencia de una población romana llamada Seria (o Fauna Julia) a partir de la cual se diría "Campos de la Seriana", convirtiéndose posteriormente en Campos de la Serena. Agúndez Fernández apunta en su obra otras posibilidades -tales como la derivación de vocablos que hacen referencia a la topografía de esta zona ("serna", locución árabe que indica llanura, o "serenus", palabra latina que designa tierras llanas, rasas y de escaso monte) o a tradiciones mitológicas en torno a la figura de una sirena (que aparece en el escudo de Villanueva de la Serena)-, aunque dicho autor se inclina a pensar que el origen del nombre de La Serena se encuentra en el apellido de una familia patricia romana dueña de estos territorios.
La configuración histórica de la comarca de La Serena tiene su origen en el Bajo Medievo. Las campañas cristianas por recuperar estas tierras de manos musulmanas provocaron su despoblación ante los largos hostigamientos militares a los que se vieron sometidas. La "Reconquista" de La Serena fue organizada por los reyes de León, quienes, no disponiendo de medios suficientes para llevarla a cabo, buscaron el apoyo de las órdenes Militares y de caballeros nobles.
Especial importancia tuvo la Orden de Alcántara. Acometió la ocupación de La Serena empezando por el castillo de Mojafar, en los dominios de la actual Villanueva de la Serena ("Aldea Nueva de los Freyres"). Tras esta conquista se recuperaron Magacela, Zalamea, Benquerencia, etc., hasta quedar en poder cristiano y en el de la citada Orden todo el Este de la actual provincia de Badajoz, hasta Puebla de Alcocer. Almorchón y Capilla, que procedían de la suprimida Orden templarla, pasaron al dominio de los Caballeros de Alcántara, quienes llegaron a poseer el territorio de los actuales partidos judiciales de Don Benito, Villanueva, Castuera y Puebla de Alcocer.
Ocupada La Serena por los Caballeros de Alcántara, era preciso poner en explotación sus tierras, defenderlas y controlarlas de modo efectivo. A tal efecto, sus territorios fueron cedidos a los maestres de esta Orden para "sostenimiento de su dignidad, exceptuando de esto a las dehesas boyales, ejidos y baldíos que señalaron a los pueblos para su disfrute particular".
Para poblar estas tierras concedieron cartas pueblas, fueros y otros privilegios, otorgando franquicias superiores a las de concesión real o señorial nobiliario. Prueba de la acertada administración por parte de la Orden Militar fue el notable aumento de villas y ciudades que fueron surgiendo o resurgiendo en las jurisdicciones de Alcántara, Villanueva, Don Benito, Castucra y Cabeza del Buey.
Dada la extensión de sus territorios, la Orden compartimento la jurisdicción en distritos independientes para su mejor gobierno: las Encomiendas.
En el reparto jurisdiccional las primeras encomiendas que se crearon fueron las de Magacela y Benquerencia; posteriormente las de Castilnovo, Galizuela, Lares, Almorchón, Casa Vieja, el Rincón o Cabeza del Buey, Adelfa, Peraleda de Zaucejo, Diezmos, Portugalesa, Zalamea y Quintana. Desde el punto de vista patrimonial, una parte del territorio de la Orden se cedió a las villas para labores y pastos, debiendo abonar diezmos a la Mesa Maestral. De ella, ciertos terrazgos adquirieron el carácter de dehesas boyales, egidos y baldíos de cada pueblo, y algunos otros eran disfrutados por las agrupaciones de villas, las Comunidades. El resto quedó como propio de la Dignidad Maestral, correspondiendo a lo que posteriormente se denominó Real Dehesa de La Serena.
Cuatro fueron las Comunidades creadas: l) Magacela, formada por ésta, Villanueva, La Haba, La Coronada, Campanario, La Guarda y Quintana, disfrutando la llamada Mata y sus aljares; 2) Benquerencia, con ella Castucra, Esparragosa de la Serena, Malpartida y Monterrubio, que aprovechaban Las Rañas; 3) Zalamea, con Valle de la Serena e Higuera, disfrutando la Giralta; y 4) Esparragosa de Lares, con Sancti-Spiritus y Cabeza del Buey, en la Sierra de Lares. Cuando el vecindario fue en aumento, los maestres cedieron parte de sus tierras, reservándose las sobrantes para arrendar a los particulares, quienes a su vez las subarrendaban a los trashumantes. Estas 18 villas, distribuidas en las cuatro comunidades, pertenecieron al Partido de La Serena, el cual durante el Antiguo Régimen era uno de los nueve que constituían la actual región extremeña (los otros partidos los formaban: Cáceres, Alcántara, Plasencia, Coria, Trujillo, Mérida, Badajoz y Llerena).