sábado, 27 de noviembre de 2010

Caminos Silenciosos - Alternativas - 3

Si bien el sistema cañariego estuvo pensado para el movimiento del ganado, hoy día se observa que estos caminos tradicionales son usados cada vez con mayor intensidad por el público. Efectivamente, aún utilizándose para la actividad trashumante, en muchas vías pecua­rias se dan complementariamente usos de ocio y recreo, y vinculados al deporte, como el senderismo, el cicloturismo, las rutas a caballo, los paseos cortos, el footing, etc. Este tipo de usos tienen en el sistema de caminos pecuarios un importante soporte para cl desarrollo de sus actividades.

Sin embargo, todos los aspectos anteriormente citados, no han sido contemplados aún con el debido detenimiento y la importancia que se merecen como posibles fuentes generado­ras de empleo y riqueza en el ámbito local.

Las tensiones por las que está pasando el mundo rural en su proceso de adaptación a la reforma de la Política Agraria Comunitaria, situación que conduce a que el futuro del campo sea incierto, hacen que los usos alternativos de las vías pecuarias pueden contribuir, en parte, a paliar esta situación.


Las vías pecuarias ofrecen un amplio abanico de posibilidades recreativas, enfocadas ha­cia el turismo ecológico, respetuoso con el entorno, y en la línea de lo que proponen e impul­san los programas e iniciativas de desarrollo rural tanto de la Unión Europea como de las Administraciones Central y Autonómica en España.

Tengamos en cuenta que el paso de senderistas, cicloturistas, practicantes del turismo ecuestre, etc. por las Cañadas implica que éstos tengan que cubrir un conjunto de necesidades elementales como son la alimentación (restaurantes, bares, tiendas de alimentación), pequeños arreglos de las bicicletas (talleres de reparación), alojamientos para pernoctar (fondas, pensiones, casas rurales habilitadas a estos efectos), visita a elementos culturales de interés como son iglesias, castillos, monasterios, conjuntos urbanos, etc. Actividades que pueden ser generadoras de empleo para la población juvenil rural.


Además, las personas que practican estas modalidades deportivas suelen ser de un nivel cultural medio - alto, que saben valorar los productos artesanos, las comidas tradicionales, etc., por lo que también se puede potenciar el cultivo de productos agrícolas y ganaderos tradicio­nales y de calidad, para ofertar a estos usuarios. De esta forma se garantizaría la fundamental y necesaria participación de la población local.

Si bien la dinamización del Turismo Rural requiere de la puesta en práctica de controles estrictos, a fin de evitar daños del medio natural y socio - cultural de los pueblos, puede contri­buir a incrementar las rentas aunque suponga que el habitante del mundo rural tenga que se­guir practicando la secular polifuncionalidad que le caracteriza.

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