sábado, 29 de octubre de 2022

 

Comercialmente está vigente todavía la clasificación, establecida en al año 1947 por el Dr. Cuenca, en base a los llamados “tipos”. Cuanto menor es el valor, más fina es la lana

TIPO

INTERVALO DE

FINURA (micras)

LONGITUD MEDIA (mm.)

PRESENCIA DE PELO

DENOMINACIÓN

1

Menos de 22,5

50-58

No

Merino fino

2

22,5-23,0

52-58

No

Merino

3

23,0 a 25,0

54-58

Pocos.

No   deberían existir

Merino alto

4

25,0-27,0

55-60

Algunos

Entrefina

5

27,0-28,0

56-60

Mayor cantidad que el tipo 4

Entrefina corriente

6

28,0-30,0

58-60

Abundante

Entrefina ordinaria
















Puntos fuertes de la lana española

-       Tal como ya se ha comentado anteriormente, el “bulk” o voluminosidad  de algunas lanas es un atributo muy apreciado para la fabricación de alfombras, moquetas y para tapicerías. Por su elevada voluminosidad tienen un alto poder de recuperación.

-       El rizado, habitual en las lanas finas, es una propiedad que le confiere una mayor hilabilidad y unos tactos y cayentes a las prendas muy apreciados.

-       La capacidad de fieltrado debida, entre otras causas, a la abundante escamosidad de algunas lanas, es también  muy apreciada  en el acabado de ciertos tejidos.

-       Un argumento comercial de futuro, que convendría potenciar, es la proximidad entre la producción y las industrias españolas y la disponibilidad de la lana en un momento determinado, por las cortas distancias y las buenas comunicaciones, frente a las lanas importadas actualmente de países lejanos como Australia y Nueva Zelanda



Por su interés y por su actualidad reproduzco algunos párrafos de la ponencia presentada por Don Antonio Monés Farré, referente en el mundo lanero, que recoge perfectamente las necesidades, expectativas y el punto de vista de los industriales laneros españoles, que compartimos totalmente.

-       “…la industria textil -confección sólo puede transmitir a sus proveedores de fibras lo que su cliente, la distribución, le pide, para intentar satisfacer al consumidor final. Cualquier visión en sentido contrario, del lado de la cadena productiva y no de la demanda final, es un error heredado del periodo anterior de centralidad de la industria, hoy perdida en favor de la distribución, y de una percepción equivocada de lo que constituye la auténtica venta, que es la venta al consumidor final...”

-       “…ha sido Juan Casanovas, el anterior presidente de la IWTO, máximo organismo de la industria lanera mundial, quien más ha hecho por concienciar al sector lanero de esta dura realidad. Suya es la frase que lo resume claramente: “la lana no  está vendida hasta que la prenda o la alfombra es adquirida por un consumidor final en la tienda…”

-       “…la lana, más allá de perder cuota de mercado dentro del consumo mundial de fibras, desde un 5% aproximadamente en 1990 hasta un .2% en 200, explicable en parte teniendo en cuenta el crecimiento exponencial de la población mundial y su consiguiente demanda de fibras, pero también ha disminuido su producción y consumo en términos absolutos, desde las 3.4 millones de toneladas de sucio hasta las 2.1, es decir, aproximadamente un 40%, en el período 1990-2004 considerado…”

-       “…El sobrecoste de la lana en relación a las fibras alternativas no permite colocar toda la producción, que por tanto no cesa de disminuir (a precios más bajos muchas explotaciones australianas, principales productoras mundiales, cambian a vacuno o cereal), ya que el consumidor final medio de hoy en día no está dispuesto a pagar por adquirir productos que la contengan. Dicho sobrecoste antes de transformación, en el mismo periodo 1990-2004, y tomando de referencia una lana australiana de 21 micras, es de aproximadamente 3 veces en relación con las fibras sintéticas y de aproximadamente 4 veces en relación al algodón…”

-       A este sobrecoste de la fibra hay que añadirle los sobrecostos industriales de transformación, que no pueden sino crecer ya que los retornos sobre la I+D (imprescindible para seguir los aumentos generales de productividad en todos los sectores) exigen grandes volúmenes que sólo se dan en las fibras fabricadas por el hombre, artificiales y sintéticas, o en el algodón (17 veces aproximadamente el de la lana en 2004)

-       “… Hay que motivar al consumidor final a pagar el sobrecoste, mediante acciones de promoción…”

-       “…Si la mejor lana australiana o neozelandesa está sufriendo los problemas comentados, sólo un conjunto de “buenas prácticas” que todo criador debería mantener pueden salvar de condenar a las lanas europeas a usos cada vez más restringidos y marginales debido fundamentalmente a la contaminación, y deterioro en general, que su mal manejo provocan. Entendemos que es una petición que casa mal con la característica de subproducto que la lana tiene en la inmensa mayoría de explotaciones ovinas en Europa, percibido a menudo como un coste y no un ingreso, al no cubrir frecuentemente el valor de la lana ni siquiera el coste de su esquileo, haciéndose en este caso sólo por razones higiénicas. También, junto a la poca predisposición del criador por los motivos mencionados, no es fácil de implementar, con carácter general, un mecanismo robusto de “premio/castigo” vía precio, dado el

 


 Precio  por esquileo de merino 1, 70  oveja

-           Precio de lana fina de merino 1,30  el Kg  (oveja medio 3kg)

-           Precio de esquileo castellana 1,50 oveja

-           Precio de lana a 0,10 el kg (oveja medio 2kgs)

-           700 Kg de castellana 46€ (0,06 kg)

Fotos Santiago Bayon Vera 

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