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Foto : La Cueta (León) (Santiago Bayon Vera)
Pastoreo extensivo y usos comunales.

La anchura de las cañadas reales se
ha conservado en mayor medida cuando coincide con usos laterales
ganaderos o áreas
forestales de uso comunal. La preservación de un efectivo césped
herbáceo en la cañada y los suelos no roturados que lo sustentan se relaciona
positivamente con estos usos.



Las formaciones silvopastorales
acompañan con elevada frecuencia a las cañadas reales. Es el caso de las
dehesas de encinas en la Leonesa Occidental (22.4%), donde prácticamente la totalidad de las masas
de encinas del entorno de las cañada, están sometidos a esta forma de
explotación. Las formaciones herbáceas de praderas y pastizales son un hecho
común a lo largo del recorrido, muy
abundantes en la Cañada Real Soriana Occidental (34.1% de los tramos).



La existencia de una anchura efectiva
superior a 70 m no es en general la situación más frecuente. Predominan tramos
estrechos, inferiores a 20 m. y lo normal es que la representación de clases de
anchura superiores disminuya gradualmente hasta la clase de 60-70 m. que suele
estar más representada que las anteriores. Las cañadas que mantienen un mayor
número de tramos anchos, por encima de los 70 m son la Leonesa Occidental y la Soriana Occidental, cuyo perfil
de anchuras puede considerarse como representativo de una cañada real
“bien conservada”.


El hecho de que las cañadas formen
parte formen parte de la trama paisajes pastorales de la España mediterránea
debería constituir una referencia
importante a tener en cuenta en nuestra
política de conservación Como se ha indicado estos paisajes están siendo
reconocidos por su función ecológica y su utilidad para el mantenimiento de los
recursos patrimonial como paisajes culturales.
No menos importante es el carácter de
bienes de dominio público que tienen la mayor parte de las áreas donde se
practica el pastoreo extensivo, con frecuencia asociada, al igual que las
cañadas que las atraviesan a áreas de propiedad comunales. Las comuni
dades de pastos y los modelos de aprovechamiento
silvopastoral pactados entre vecinos y municipios han sido responsables en
nuestro país de modelos ejemplares, compatibles y muy cuidados de uso de los montes.
Los modelos de manejo de los comunales y su papel en el origen y conservación
de los paisajes ibéricos, en particular en el noroeste, representan un legado de gran importancia cultural
y ecológica para orientar la gestión de nuestros mejores ecosistemas
humanizados.